La psicomotricidad juega un papel fundamental en los primeros años de vida de los pequeños, ya que influye directamente sobre el desarrollo intelectual, afectivo y social. Es una técnica básica para el desarrollo futuro de los más pequeños: es la encargada de dominar sus movimientos corporales y de mejorar sus relaciones personales, aportando mediante su trabajo tanto salud física como mental.
A continuación, compartimos una serie de ejercicios para poder trabajar esta destreza desde los hogares.
Juego de las huellas
Para realizar este sencillo juego solamente se necesitan unos cuantas hojas de papel y un lápiz o marcador. En las hojas de papel habrá que dibujar el contorno de las huellas de las manos y los pies, para después pegarlas en el suelo en forma de circuito.
Los menores tendrán que seguir las huellas, trabajando la coordinación y el equilibrio, y aprendiendo conceptos espaciales como izquierda y derecha.
Juego con globos
Estos materiales son un buen recurso para trabajar esta técnica y hacer que los menores pasen un momento divertido. Para su uso únicamente se necesita un globo inflado y, con él, tendrán que tratar de golpearlo con las partes de su cuerpo evitando que este caiga al suelo.
Bailes y ritmos
Otra manera de trabajar la psicomotricidad es mediante el baile. Con las canciones preferidas de los pequeños de la casa o con ritmos improvisados con ollas, botes o cualquier material que se tenga a mano, tendrán que hacer una coreografía combinando distintos pasos de baile. De esta manera, se trabajan destrezas como el equilibrio, la coordinación o la expresión corporal.